Certificado Antigüedad y Superficie

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Certificado Antigüedad y de Superficies

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¿Qué es el certificado de superficie de parcela?

El certificado de superficie es un documento técnico oficial en el que se indican cuántos metros cuadrados tiene nuestro inmueble. Es muy importante que tengamos en cuenta una serie de factores a la hora de realizar este certificado, ya que en él también tendremos que señalar otros aspectos como los usos permitidos que tiene este espacio y la división o compartimentación en otros lugares de nuestro inmueble. De esta manera, podremos legalizar la situación de una casa, un bajo comercial o una nave industrial. No hay otra posibilidad cuando precisemos legalizar una construcción. Este modelo de certificado es el único documento oficial que permite verificar y certificar los usos de un inmueble, además de acreditar la superficie útil de este. Es decir, es un certificado técnico de superficie.

¿Qué acredita?

El certificado técnico de superficies sirve para legalizar la superficie útil de nuestro inmueble, los metros cuadrados que han sido construidos y la superficie de todos los elementos comunes existentes en el inmueble que deseamos legalizar, independientemente del uso que vayamos a darle. Para resumir, sirve para llevar a cabo una medición de una finca.

¿Por qué debemos solicitarlo?

Lo normal es que solicitemos este certificado para verificar de manera exacta cuánto mide nuestro inmueble. Los motivos principales son la puesta en venta o en alquiler de nuestro inmueble, aunque también se puede solicitar para corregir los datos catastrales, que pueden consultarse a través del catastro virtual. Es fundamental disponer de esta certificación, que debe acompañarse siempre del plano del inmueble, para garantizar que todos los datos de la propiedad son reales. Es la única manera que tenemos de garantizarnos una protección jurídica entre los propietarios y de cara a una posible venta o alquiler del mismo.

¿Quién lo expide?

Habitualmente, los arquitectos y los aparejadores son los responsables de expedir este tipo de certificados de superficie. Para ello, debe concretar una cita con nosotros para visitar nuestro inmueble. Es posible que tenga que volver en más de una ocasión a nuestra vivienda, local comercial o nave para tomar medidas y reunir todos los datos necesarios para confeccionar el citado certificado. Como resumen, podemos indicar que los certificados técnicos de superficie son unos documentos que acreditan la superficie útil construida y los espacios destinados a elementos comunes dentro de un inmueble. Estos certificados se encargan a un arquitecto o aparejador por dos motivos. Por un lado, la venta o alquiler de ese inmueble. Por el otro, la modificación de los datos catastrales del mismo, para lo que precisaremos de este tipo de certificados en el que se incluyen, entre otras cosas, los metros cuadrados de la edificación.

Pese a su aparente sencillez, no debemos perder de vista que se trata de un trabajo complejo que posiblemente requiera la visita de un técnico en varias ocasiones. El precio por cada certificado, según distintos foros de arquitectura, puede rondar los 200 y 300 euros, siempre en función de cada despacho.

¿Cuándo solicitar un certificado de superficie?

¿Por qué solicitar un certificado de superficie?

Conocer la superficie de un inmueble o parcela es de mucha utilidad, y querrás hacerlo por muy buenos motivos. Generalmente, cualquier trámite relacionado con un inmueble puede necesitar un certificado de superficie. Por ejemplo, puedes necesitar este certificado:

– Para conocer, y demostrar de manera oficial, el área útil, construida y de los elementos comunes del inmueble para poder realizar su venta o alquiler.

– Para elaborar un proyecto de obra en el inmueble. Conocer la superficie es necesario para un adecuado levantamiento de planos y sus modificaciones.

– Para una tasación inmobiliaria o hipotecaria. La tasación de un inmueble puede tener muchos objetivos diferentes. Por ejemplo, para determinar el valor económico del inmueble en caso de reparto, divorcio o herencia; para solicitar un préstamo hipotecario; para división de copropiedades, o de negocios; o incluso para una expropiación forzosa. Hay muchísimos motivos para necesitar tasar un inmueble y para conocer bien su valor hace falta conocer con total precisión su tamaño.

– Para legalizar un cambio de uso del inmueble. Diferentes actividades pueden requerir permisos específicos, y para eso hace falta conocer cómo se usan los espacios, cómo van a utilizarse tras el cambio y qué superficie tienen.

– Para tramitar expedientes requeridos por los organismos oficiales para trámites administrativos. Por ejemplo, para el Registro de la Propiedad, la Dirección General del Catastro, los ayuntamientos…

– Para corregir un registro erróneo en el catastro. La finca puede estar erróneamente registrada en el catastro o en el Registro de la Propiedad. Si el tamaño no está bien consignado, es posible que estés pagando impuestos de más o de menos, algo que deberás corregir en caso de una transacción de compraventa.

¿En qué momento solicitar un certificado de superficie?

Deberás solicitar un certificado de superficie cuando te lo requieran los poderes públicos, el poder judicial, el registrador de propiedad o un notario, para casos específicos de trámites administrativos rutinarios y registros diversos. Pero también con efectos urbanísticos y expropiatorios, finalidades financieras, valoraciones catastrales o efectos legales.

Pero además deberás hacerlo como parte de la elaboración de un proyecto ejecutivo de construcción. Para levantar una obra de cierta magnitud es necesario que un profesional redacte un proyecto que la exponga, justifique y explique. Un proyecto puede incluir múltiples y muy diversos documentos, según sea el tipo de obra en cuestión, pero si algo tienen todos en común es que necesitarás conocer el espacio del inmueble para desarrollar el diseño de la obra. Y ahí entra el certificado de superficie.

Sería muy raro que un certificado de superficie pudiera retrasarte en cualquier trámite en el que estés implicado. Una vez confirmes una cita con el profesional competente y este haga las mediciones en tu inmueble, la elaboración del certificado de superficie no debería demorarse más de uno o dos días. Sin embargo, debes contar un tiempo extra, porque en algunos casos se requiere el visado del colegio profesional que corresponda, un trámite que puede alargar un poco el proceso.

¿Cuándo solicitar un certificado de superficie de parcela?

Son varias las situaciones que nos pueden llevar a necesitar un certificado de superficies o usos, unos documentos que son expedidos por arquitectos o aparejadores en los que se indican, entre otras cosas, la superficie útil y construida de un inmueble o los valores catastrales del mismo. Por ejemplo, el Catastro y los ayuntamientos pueden pedirnos una copia de este certificado en el caso de que sea necesario llevar a cabo algún cambio en la superficie o el uso de ese inmueble. También será fundamental disponer de una copia si deseamos legalizar esas propiedades, por lo que visitar a un arquitecto o aparejador capacitado para la elaboración y emisión de este tipo de certificados será obligatorio.

A ello hay que sumar la posibilidad de que los notarios y registradores de la propiedad nos pidan una copia de estos documentos, que sirven para describir nuestras propiedades de manera exacta. No debemos perder de vista que estos organismos no suelen disponer de documentación precisa para definir inmuebles.

¿Cuánto tiempo lleva?

Dependerá de las características de cada inmueble. Por lo tanto, solo podemos asegurar que cuanto mayor sea la propiedad y más complejas sus condiciones técnicas, serán necesarias más visitas del arquitecto o aparejador responsable de la elaboración del certificado de superficie. Igualmente, la competencia del despacho que contratemos también influirá a la hora de disponer de ese documento. Por lo tanto, recomendamos que antes de contratar a uno u otro profesional, compares e investigues sus trayectorias. No todos los estudios están especializados en este tipo de asuntos y es posible que la firma de ese certificado se demore debido a su falta de pericia.

¿Para qué lo necesito?

Más allá de su presentación ante los organismos oficiales, es posible que precisemos de este tipo de documentos cuando decidamos arrendar o vender nuestras propiedades. En este sentido, es fundamental disponer de la documentación pertinente que garantice de alguna manera los metros cuadrados útiles de los que dispone ese inmueble, así como los construidos y aquellos otros catalogados como comunes para toda una comunidad.

Este certificado de superficie es el único documento técnico que avala ante la Administración y un tercero todos los valores catastrales del inmueble. Por ello, es fundamental acudir a un profesional capaz de garantizar esos valores catastrales y de firmar un certificado en el que se dé buena cuenta de todos ellos.

También resultará clave disponer de este certificado cuando deseemos legalizar un inmueble en el Registro de la Propiedad y en el ayuntamiento, responsable último de todas las cuestiones urbanísticas que se desarrollan en el municipio donde se ubique nuestra propiedad.

De ahí nuestra insistencia a la hora de contratar un buen profesional. Debido a su complejidad, una persona sin los pertinentes conocimientos técnicos no podrá llevar a cabo este tipo de estudios. Para ello, es necesario acudir a un arquitecto o aparejador.

¿Cómo conseguir un certificado de superficie?

El profesional competente en la elaboración de certificado de superficie

El certificado de superficie, al ser un documento oficial, debe estar firmado por un profesional independiente. El tipo de inmueble o parcela a medir determinará el tipo de profesional cualificado que debe hacerlo. Por ejemplo, si el visado es para una vivienda, un local comercial, un piso o cualquier otro tipo de edificación o solar común, lo podrá hacer un arquitecto o arquitecto técnico. Medirá los espacios con un láser y un metro, habitación por habitación, y levantará un plano que pasará a limpio con un programa de dibujo.

En caso de tratarse de una nave industrial, lo hará un ingeniero técnico industrial. Y el certificado de un terreno rústico lo hará un ingeniero agrónomo, un ingeniero técnico topógrafo o, en general, cualquier tipo de ingeniero o técnico cualificado para intervenir en la clase de suelo que se desee medir.

El ingeniero topógrafo requiere de aparatos e instrumental concretos para el levantamiento topográfico. Si está cualificado para ello, el ingeniero topógrafo redactará el certificado de superficie de la parcela tras hacer el levantamiento topográfico. En caso contrario, otro técnico se hará cargo a partir de dicho levantamiento.

Además del técnico, es posible que tenga que participar el colegio oficial correspondiente.

En la mayor parte de los casos, el certificado de superficie, una vez elaborado, tiene que remitirse al colegio profesional correspondiente para ser visado.

El trámite de elaboración del certificado de superficie

Puedes elegir libremente al técnico especialista que elaborará el certificado de superficie. Simplemente busca y acude al que prefieras y concierta una cita. El día de la cita deberás permitirle el paso al inmueble y él simplemente hará sus mediciones.

No siempre es necesario, pero quizá sea interesante que tengas a mano documentación de utilidad sobre la superficie del inmueble para el cálculo y la redacción del certificado. Estos documentos pueden ser escrituras, planos, informes e incluso mediciones hechas con anterioridad.

El técnico redactará el certificado en un periodo corto de tiempo. En la mayor parte de los casos, el certificado de superficie tiene que remitirse al colegio profesional correspondiente para ser visado. Este no es un trámite obligatorio, pero algunas entidades lo exigen para acreditar la validez del documento.

El destino final del certificado dependerá de su motivación. Si se ha realizado para cumplir con algún trámite administrativo o requerimiento fiscal o judicial, deberás remitirlo al organismo público correspondiente para usarlo como se estime.

Los costes del certificado de superficie

El certificado es un documento estándar, pero en su elaboración hay un trabajo de complejidad variable. En el coste del certificado se puede incluir la superficie a medir, el tipo de inmueble, al finalidad del certificado, y aspectos más genéricos como la ubicación del inmueble o la urgencia del encargo.

Si el certificado es un documento independiente, su precio puede estar entre los 100 y los 900 euros. Si es para una parcela, habría que sumarle el levantamiento topográfico, por lo que el total superaría los 300 euros.

Si el certificado de superficie forma parte de otro documento (por ejemplo, un proyecto ejecutivo de construcción), entonces su coste podría estar incluido en el precio de ese documento mayor.

¿Cómo conseguir un certificado de superficie de parcela?

La manera más rápida y fiable de disponer de un certificado de superficie es acudir a un arquitecto o aparejador, que será el responsable de tomar las medidas de nuestra propiedad y de realizar los pertinentes planos en los que se indiquen las medidas y los diferentes valores de ese inmueble. Esto es válido para viviendas, bajos comerciales y naves industriales.

Un proceso con varias fases

Para conseguir el certificado de superficie es necesario seguir una serie de pasos. Para ello, debemos contar con un arquitecto o aparejador, que será el responsable de realizar todos los trabajos que vamos a mencionar a continuación. Para empezar, debemos solicitar la inspección técnica de edificios, conocida como ITE, para el inmueble que deseamos certificar. Da igual que sea una vivienda unifamiliar o que ésta se encuentre dentro de una comunidad de propietarios. Tras la solicitud, debemos formalizar la visita del técnico. No debemos perder de vista la posibilidad de que el profesional tenga que venir en más de una ocasión a nuestra propiedad para realizar su trabajo. Se trata de un proceso complejo que lleva tiempo, por lo que no es una buena idea pensar en la posibilidad de que ese trabajo sea realizado en un solo día.

Durante su trabajo, el técnico irá recopilando todos los datos relacionados con nuestra casa, bajo o nave, tanto administrativo como catastral. Esto le servirá para ir perfilando el certificado y el plano de superficie que nos entregará cuando todo esté concluido. De todas formas, antes tendrá que conocer la situación del inmueble y garantizar que se cumplen todas las condiciones legales impuestas, sobre todo, desde el área de Urbanismo de nuestro ayuntamiento. Es decir, debe garantizar que se cumplen las condiciones de seguridad, accesibilidad y salubridad.

Es posible que haya problemas

Durante la inspección del inmueble, el arquitecto podría encontrarse con una serie de problemas relacionados con el incumplimiento de las condiciones impuestas desde Urbanismo sobre seguridad, accesibilidad y salubridad del mismo. Así las cosas, el técnico nos emplazará a llevar a cabo una serie de reformas o trabajos orientados al correcto mantenimiento de nuestra propiedad.

De esta forma, el arquitecto o aparejador también nos indicará qué obras debemos realizar y de cuánto tiempo disponemos para todo ello. Una vez efectuadas, el técnico volverá a nuestro inmueble para elaborar un informe en el que se señalará el estado de todos los elementos del inmueble. Es posible que en él se apunten también las posibles reformas necesarias, pero no exigibles por parte de la Administración.

Y al fin, el certificado

El arquitecto o aparejador nos entregará el certificado de superficie una vez que haya procedido y completado la pertinente inspección técnica del edificio. En su informe incluirá las reformas, tanto de carácter obligatorio como accesorio que precisa nuestro inmueble. Además, en ese documento también irán los distintos valores que dan forma al certificado de superficie y un plano con todas las medidas y todos los valores que ha ido recopilando durante las sucesivas visitas realizadas a nuestra propiedad. Como decíamos, es un trabajo que lleva algo de tiempo y por el que los despachos de arquitectos suelen cobrar unos 300 euros por el certificado de superficie, que contempla una serie de mediciones de precisión y por las que el profesional podría tener que venir a nuestro inmueble en más de una ocasión. A ello hay que sumar otros 450 euros como mínimo por la inspección técnica completa del edificio.

Normativa y requisitos del certificado de superficie de parcela

Los certificados de superficie son requeridos por la Administración, sobre todo la municipal, el Registro de la Propiedad y los notarios. Son el único documento que garantiza la superficie útil total y construida de un inmueble, así como los distintos elementos comunes de los que goza una edificación. Son expedidos por arquitectos o aparejadores, y conllevan una serie de obligaciones antes de su emisión.

¿Qué obligaciones debemos cumplir?

Como decíamos, la emisión del certificado de superficie implica el cumplimiento de un requisito muy concreto. Se trata de la inspección técnica de edificios (ITE), que sirve para conocer el estado de nuestra propiedad. El arquitecto responsable de la misma se encargará de cotejar nuestra propiedad con la ley. Esta inspección solo es necesaria si nuestra propiedad supera los 45 años de antigüedad.

Su función pasa por garantizar la seguridad de la propiedad, tanto para los residentes como las personas que pasen junto a él. La inspección técnica de edificios contempla varios tipos de problemas estructurales, desde asuntos de poca importancia, para los que se darán una serie de recomendaciones, hasta otros de gran calado, para lo que será necesario realizar las pertinentes obras y volver a solicitar una nueva inspección, que se deberá superar. En caso de no pasar la ITE, los propietarios se exponen a ser sancionados y a tener que hacerse cargo de las responsabilidades que deriven de un posible accidente provocado por el mal estado del inmueble.

Una vez que dispongamos del certificado de la inspección técnica de edificios, el arquitecto o aparejador ya estará en condiciones de emitir el certificado de superficie, en el que se indican los metros cuadrados útiles, construidos y destinados a elementos comunes, así como todos los valores catastrales de este, que presentaremos en el Registro de la Propiedad.

¿Cuándo nos haría falta?

Este tipo de documento es muy útil siempre que deseemos alquilar o vender nuestra propiedad. Es la única manera que tenemos de demostrar ante un tercero (incluida la Justicia) los datos reales de ese inmueble, por lo que resultará esencial ante cualquier reclamación. Además, podríamos necesitar un certificado de superficie a la hora de realizar todo tipo de trámites en una notaría, en el Registro de la Propiedad o en el ayuntamiento (responsable último del Urbanismo municipal).

Por lo tanto, conviene cubrirse bien las espaldas con documentos como este siempre que decidamos poner en venta o alquilar nuestro inmueble, ya sea una vivienda, un bajo comercial o una nave industrial. Es posible que el comprador o arrendatario reclame por considerar que al inmueble le faltan una serie de valores catastrales o metros cuadrados, por lo que el certificado de superficie se torna en fundamental para ello.

Normativa y requisitos del certificado de superficie

Ausencia de regulación para el certificado de superficie

El certificado de superficie no se adscribe a ninguna normativa específica. Es decir, no tiene una regulación legal o un reglamento único que especifique cómo debe realizarse, sus requisitos y contenidos. Por supuesto, existen métodos técnicos que los profesionales conocen al dedillo pues forman parte de su formación académica. Lo que no hay es normativa dedicada expresamente a cómo hacer la certificación de superficie.

Sin embargo, para salvar esta carencia y unificar ciertos criterios (lo que otorga especial calidad y confianza al certificado), algunos colegios profesionales pueden tener modelos oficiales de certificado de superficie. En estos modelos se detalla el contenido mínimo que debe contener el certificado. Queda en manos del profesional técnico que se trate el seguir esas especificaciones, si las hay, y aplicar los métodos técnicos que domine para cada caso.

Legislación relacionada con el certificado de superficie

Como te hemos comentado, no existe una legislación específica que trate la certificación de superficie. Las tres leyes siguientes pueden serte de interés porque tratan temas en los que sí puedes necesitar el certificado de superficie.

Real Decreto 1020/1993, de 25 de junio, que aprueba las normas técnicas para determinar el valor catastral de los bienes inmuebles. Esta ley dispone el marco para calcular el valor de los inmuebles de naturaleza urbana. Aquí podrás ver cómo se valora el suelo, cómo se aplican los coeficientes pertinentes, y qué se entiende a efectos de catastro por superficie construida, superficie útil y superficie de usos comunes. Con esta ley comprenderás cómo ha determinado el catastro el valor de tu vivienda y si está equivocado, por arriba o por abajo. ¿Un balcón o una terraza cuentan? Descúbrelo aquí.

Orden ECO/805/2003, de 27 de marzo, sobre normas de valoración con finalidad hipotecaria. Si la ley anterior establecía las pautas, criterios y métodos de valoración para el registro de los inmuebles en el catastro, esta lo hace en el contexto financiero. Aquí también se define qué se considera superficie útil, construida y de usos comunes. En el Título II se regulan diversos métodos técnicos para la valoración de los bienes inmuebles.

Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria. Es posible que necesites «discutir» con la Administración sobre la tasación de un bien inmueble, ya que esta puede estar utilizando un valor que te perjudique desde el punto de vista tributario. Para dirimir esa diferencia de pareceres existe la tasación pericial contradictoria, y para hacerla podrías necesitar un certificado de superficie que mida el tamaño del inmueble con mayor precisión. En el art. 57 se exponen los métodos de comprobación de valores que puede usar la Administración, ante los cuales puedes oponer una tasación pericial contradictoria. El Título III, que aborda el tratamiento de los tributos, dedica el art. 135 a la descripción de la tasación pericial contradictoria: cuándo y cómo se solicita.

¿Cuándo solicitar una medición fincas?

Quizás cuentas con tiempo libre y recorres la finca con el GPS de tu móvil, consultas el mapa por satélite y las opciones disponibles por internet. Pero medir fincas es un trabajo profesional y especializado, que seguramente no realizarás por capricho. Solo la emprendes cuando te encuentras ante un proceso legal o debes realizar un trámite oficial que lo requiere.

Por ejemplo, te piden un certificado de superficie o levantamiento topográfico para solicitar la revisión de la extensión catastral de tu terreno o del registro de la propiedad. También puedes encaminarte hacia un proceso que amerite la legalización, como una compraventa o una expropiación.

De modo que necesitas un documento firmado por un profesional cualificado. Buscas a una empresa o a un topógrafo (ingeniero o ingeniero técnico) y contratas el servicio ¿En cuánto tiempo tendrás el documento en la mano?

Considera que el experto debe recorrer el terreno para medir y observar. Luego debe realizar otro trecho de trabajo en oficina para completar el estudio. Calcula al menos un día para cada uno de esos dos pasos como mínimo, y al menos una semana para contar con el documento, siempre dependiendo de la carga de trabajo que el profesional tenga acumulada.

Recuerda que obtendrás una nueva medición o confirmarás los datos existentes.

Las preguntas

El profesional te preguntará si cuentas con autorización de entrar al terreno para realizar la medición. Cuando se trata de fincas descuidadas, indagará también si las condiciones de la finca le permitirán acceder (la maleza puede actuar como barrera).

Prepara también la documentación de referencia: el catastro, el registro de la propiedad, las referencias de superficie de las fincas vecinas y todo lo que puedas encontrar. El experto te solicitará esos datos para efectuar la medición del terreno.

Por tu parte, considera que el precio de este servicio partirá de unos 300 euros y aumentará desde ahí de acuerdo con el tamaño del terreno y sus características. Puedes preguntar al profesional las particularidades del informe que te presentará. Recuerda que necesitas un documento con validez legal. Ello significa que además de la cualificación profesional, requieres una medición ajustada a la metodología más actual (coordenadas UTM del sistema internacional).

El papel del catastro

¿Me puedo limitar a la referencia catastral? No puedes apoyarte solo en el catastro si te encuentras ante un proceso oficial.

El catastro inmobiliario es un registro administrativo que contiene la información territorial y actúa como referencia tributaria. Justamente por eso es una competencia de Hacienda e incluye el registro de la superficie. Pero esa finalidad tributaria puede limitar su utilidad en el sentido que ahora lo requieres para encarar el proceso que se avecina.

Quizás incluso precisamente estás solicitando una modificación, por ejemplo, para dirimir una herencia o concretar una compraventa. Por eso inicias el procedimiento de medir fincas rústicas y  el documento de medición puede servirte para solicitar el cambio de tu finca rústica, o deslindar tu terreno en los puntos que generan dudas con tus vecinos.

¿Qué es el certificado de superficie?

La necesidad de saber el área de un inmueble

Están la antigüedad, la calidad de los materiales, la disposición interior… pero una de las características más importantes para valorar un inmueble es su superficie. Y esta superficie puede medirse bien, o medirse mal. Puede medirse confiando en los planos, sin más, o puede hacerse in situ sobre superficie real. Puede medirse con técnicas inadecuadas, o puede hacerse con profesionalidad y tecnología idónea.

¿Y qué más da si un apartamento mide 71 m² en vez de 67 m²? Bueno, pues importa y mucho. Si quieres venderlo, comprarlo o alquilarlo y el metro cuadrado está a 1 200 euros, te aseguramos que querrás saber cuánto mide un inmueble.

Esa información precisa se consigue con una medición profesional, que luego se registra en el llamado certificado de superficie. El uso de esta información puede serte de interés (o de obligado conocimiento) en determinados trámites administrativos o financieros. El certificado de superficie es algo más que un impreso con un dato, es un documento técnico oficial. Eso le da validez legal, pero también significa que debe ser elaborado por un profesional cualificado (arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico, según sea el caso).

Debido precisamente a su carácter oficial, puedes usar un mismo certificado de superficie para tantos trámites, finalidades u organismos como sea necesario.

La información del certificado de superficie

Si quieres tener una medida de la superficie de un inmueble que tenga valor oficial, deberás obtener el certificado de superficie. Este certificado es un documento técnico en el que se acredita y certifica la superficie exacta del inmueble, sea una vivienda, local, garaje, parcela, etc.

Con el certificado de superficie podrás conocer:

– El área útil de un inmueble. Es la superficie del polígono exterior que encierra un espacio cubierto, sin incluir los espacios construidos. Estos espacios que se descuentan son el cerramiento, la estructura, la tabiquería y las instalaciones. Por lo tanto, esta superficie abarca solo los espacios que son utilizados por las personas.

– El área construida. Es la superficie del polígono exterior que encierra un espacio cubierto, incluyendo los espacios construidos. Por lo tanto esta superficie abarca tanto lo espacios utilizados por las personas (habitantes, usuarios…), como los espacios que se necesitan para ubicar el cerramiento, la estructura, la tabiquería y las instalaciones.

– El área de los elementos comunes. Esta es la superficie construida, a la que se suman las partes comunes construidas del edificio (pasillos, vestíbulo, etc.). ¿Eso quiere decir que la superficie de una vivienda incluye todos esos pasillos, escaleras y ascensores? No, no exactamente. Lo que se hace es calcular la superficie con un coeficiente de participación o aprovechamiento de las zonas comunes.

El catastro suele registrar como área de una vivienda la superficie construida más la superficie por elementos comunes que le corresponda. Es un dato que a veces no es correcto, y que puede dar lugar a controversia. Precisamente para solucionarlo está el certificado de superficie: solicitas un certificado y lo utilizas como prueba de que el catastro no está bien.